Brian Donnelly, mejor conocido como KAWS, es uno de los artistas más influyentes del streetwear y la cultura sneaker. Nació el 4 de noviembre de 1974 en Nueva Jersey, y desde joven comenzó a hacer graffiti, usando su icónico tag “KAWS”, una firma que eligió simplemente por su estética.
A principios de los 90s se mudó a Nueva York, donde transformó los espacios públicos con intervenciones en anuncios callejeros, combinando arte con presencia urbana. Estudió en la School of Visual Arts y se graduó en 1996 como licenciado en Bellas Artes, especializándose en ilustración. Luego trabajó para Disney como animador, participando en proyectos como 101 dálmatas, Doug y Daria.
En 1999, su carrera dio un giro cuando viajó a Tokio y lanzó su primera figura de vinilo junto a Bounty Hunter Toys. La edición limitada fue un éxito inmediato. Desde entonces, sus figuras —inspiradas en personajes de la cultura pop como los Simpson— se convirtieron en objetos de colección codiciados.
KAWS comenzó a colaborar con marcas como Supreme, Bape, Vans y DC Shoes, consolidando su lugar en el streetwear. En 2006, abrió OriginalFake en Japón, una tienda dedicada a vender sus productos exclusivos. En paralelo, colaboró con Marc Jacobs, Nike, y más adelante con artistas como Kanye West —creando la portada del álbum 808s & Heartbreak— y Pharrell Williams.
Sus creaciones pasaron de las calles a las galerías y museos. Diseñó botellas para Hennessy y Dos Equis, estatuillas para los MTV Awards, y en 2012 presentó una versión gigante de su personaje clásico en el desfile de Acción de Gracias.
En 2017, su colaboración con Jordan Brand para las Air Jordan 4 fue un hito dentro del mundo sneaker. Un año después, el diseñador Kim Jones lo convocó para trabajar en la colección inaugural de Dior Homme, llevándolo a la alta costura sin perder su esencia urbana.
La carrera de KAWS es un ejemplo de evolución artística: del graffiti a las pasarelas, de los muros callejeros a las galerías de arte más prestigiosas del mundo. Su obra no solo define la estética de una generación, sino que también demuestra que el arte urbano puede llegar tan lejos como la visión de su creador lo permita.
